“Corrijamos los esquemas para que los elementos culturales sean vistos como generadores de desarrollo”, dijo el promotor de la campaña 'Piura, despierta' y de la riqueza arqueológica de Loma Negra.
Por Elena Belletich Ruiz. 13 noviembre, 2015.Rolando Flores Vega, alumno de Historia y Gestión cultural de la Facultad de Humanidades de la UDEP, y el arqueólogo Álvaro Ruiz Rubio, de la Dirección Desconcentrada de Cultura – Piura, del Ministerio de Cultura, expusieron sobre la “Riqueza arqueológica de Loma Negra”. Fue en el Aula de Cultura, espacio organizado y promovido por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura.
En su presentación, Rolando Flores, también integrante del Grupo Defensores del Patrimonio Cultural de la UDEP, resumió las investigaciones que realiza desde hace más de 18 meses sobre este sito arqueológico ubicado en una zona agreste, casi inaccesible del Alto Piura.
Señaló que Loma Negra es “un sitio emblemático por el grado de negligencia y olvido del que fue víctima durante muchos años”, fue víctima también de la fiebre del saqueo de sus riquezas conformadas no solo por piezas de oro, plateadas y de cobre sino por su aporte tecnológico demostrado en el acabo de las mismas.
Piura despierta
Informó que desde el 6 de octubre ha iniciado una campaña bajo el lema “Piura, despierta”, para lo cual ha creado el Grupo Loma Negra (en facebook) al que se han unido estudiantes y reconocidos arqueólogos y profesionales de distintas partes del país.
Señaló que los esfuerzos conjuntos podrían lograr que las piezas arqueológicas diversas que están en importantes museos del mundo (Estados Unidos, Alemania y otros países) sean devueltas al país. Para ello, dijo habría que cumplir con los requisitos de seguridad mínimos para resguardarlos y realizar un largo trámite, que se debe empezar.
“Pueden hacerse muchas cosas para generar los cambios. La investigación, por ejemplo, es importante para descubrir los elementos de nuestro proceso histórico, tan necesario como cualquier otro”, Hace falta dijo, corregir esquemas, de modo que veamos a los elementos culturales como generadores de desarrollo”.
Proteger e investigar
“El reto que tenemos es buscar la manera de recuperar el patrimonio cultural, que día a días e pierde, incorporarlo en el desarrollo social y económico de la población”, dijo el arqueólogo Álvaro Ruiz Rubio. Sostuvo que el olvido y los saqueos sufridos por Loma Negra son un ejemplo de lo que sucede a nivel nacional. “Es una tragedia que pone en grave riesgo el conocimiento del proceso histórico de Piura. Loma Negra tiene las respuestas a grandes preguntas sobre este proceso”, anotó.
Ruiz Rubio felicitó la iniciativa de la campaña Piura Despierta. “El nombre es muy apropiado pues Piura necesita sacudirse de esa inactividad habida durante más de 10 años, en cuanto a valoración patrimonial. Hacen falta más investigaciones que constituyan el eje central para conservar, proteger y difundir el patrimonio cultural… Son diez mil años de proceso histórico que no se deben desperdiciar. Es una necesidad para todos”, subrayó.
Asimismo, habló de la necesidad de crear alianzas estratégicas con universidades, entidades públicas y privadas y reconstruir puentes de comunicación con la población. “Se trata de revalorar la cogestión social y la sensibilización de las comunidades para la defensa de su patrimonio. Además, hay que hacer que las políticas públicas cambien; proponer nuevas y buscar una participación tributaria de las poblaciones, que repercuta en la educación”, indicó el arqueólogo y representante del Ministerio de Cultura.
Reiteró que hace falta construir en conjunto, las estrategias de defensa del patrimonio, a partir de las expectativas de la población y exigir la repatriación de las piezas de la cultura peruana que se hallan fuera del país.
Durante su exposición, Ruiz Rubio se refirió también a las causas directas de los problemas principales del patrimonio cultural: la limitada salvaguarda y protección del patrimonio; escaso acceso social a este y el uso no planificado del territorio nacional para actividades diversas. Entre las causas indirectas, señaló la escasa capacidad para la puesta en valor del elemento cultural, limitado registro de bienes e insuficiente identificación de los mismos. Asimismo, el escaso conocimiento de las comunidades para valorar el patrimonio y; por tanto, la escasa apropiación social; el crecimiento de las actividades extractivas y productivas en las zonas arqueológicas, etc.